ROMA.-
El Domingo de Resurrección, apenas un día antes de su muerte, el papa hizo su primera aparición pública prolongada desde febrero, saludando a los fieles desde el papamóvil en la Plaza de San Pedro.
En el domingo de Pascua o de Resurrección, el evento más importante del calendario para los católicos, y Francisco quiso dirigirse a los fieles para felicitar la Pascua, darles la bendición “urbi et orbi” y mandar un último mensaje, era su Adiós y su deseo final.
Ante unas 35 mil personas, Francisco pronunció unas breves palabras con voz ronca: “Feliz Pascua”, y fue ovacionado por la multitud.
Ese mismo domingo, el papa tuvo encuentros con figuras internacionales. Se reunió con el vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, quien posteriormente escribió en su cuenta de X:
Me alegró verle ayer, aunque obviamente estaba muy enfermo. Que Dios lo tenga en su gloria”.
También recibió al primer ministro croata Andrej Plenkovic y su familia.
Fue un momento breve, pero profundamente conmovedor, un encuentro de amabilidad, sonrisas y bendiciones”, expresó Plenkovic en un comunicado.
El cardenal Michael Czerny, cercano a Francisco, afirmó que el papa mantenía su rol activo porque “el reposo absoluto no es curativo”, agregando que “equilibró la convalecencia con su condición de obispo de Roma”. Czerny recordó una frase recurrente del pontífice:
Austen Ivereigh, biógrafo del papa, también destacó su determinación de permanecer activo:
Se aseguró de que tuviéramos un papa para Pascua y mantuvo su misión de presencia hasta el final”.
Además de su saludo público el domingo, el papa reiteró en su mensaje de Pascua, leído por un asistente, su llamado a un alto al fuego en Gaza y criticó la situación humanitaria como “deplorable”. Pidió también la liberación de rehenes por parte de Hamás y expresó preocupación por el aumento del antisemitismo en el mundo.
El padre Gabriel Romanelli, desde Gaza, relató que Francisco lo llamó por última vez la noche del sábado:
Nos dijo que rezaba por nosotros, nos bendijo y nos agradeció nuestras oraciones en su favor”.
Durante su última aparición, el pueblo respondió con entusiasmo, ondeando banderas y acercándose al papamóvil. Algunos alzaban a sus bebés para recibir la bendición.